
Publicado Diario 2001 19/11/07
¿POR QUÉ CALLARSE?
IBEROAMÉRICA PRECISA LA REVOLUCIÓN LIBERAL
Carlos Goedder
A la indispensable Tania C., por su reciente cumpleaños.
“Confieso a Usted que deseo tanto la libertad y la independencia del Nuevo Mundo como temo la anarquía y el sistema revolucionario… Permanezcan más bien, si es necesario, un siglo más bajo la imbécil y bárbara opresión española”. Carta del Precursor Francisco de Miranda a John Turnbull en enero de 1789 (citada por D. Mauro Torres).
La reciente Cumbre Hispanoamericana ha sido otra demostración del fracaso institucional del mundo hispánico, tanto español cuanto americano. La incapacidad para sostener un diálogo constructivo parece grabada en el espíritu de los españoles y sus antiguas colonias. El resultado del evento, referente a políticas de seguridad social, se vio empañado ante las infortunadas intervenciones de los representantes de Venezuela, España, Nicaragua y la incapacidad de la moderadora para evitar interrupciones a la intervención del Presidente español.
La actitud del Presidente Chávez durante el evento luce calculada. Hasta ahora su artillería verbal y anticolonial fue dirigida hacia EUA. Ahora, en la Cumbre Hispanoamericana, su bandera es ir contra la antigua potencia colonial española, génesis de la institucionalidad en la América Hispana. En la Cumbre, el Presidente venezolano buscaba el protagonismo y tal actitud tenía un contrapeso en España, nación que quizás sea, hoy por hoy, el mayor poder económico en la América Hispana. Tras la política exterior estadounidense tan desvinculada de Sudamérica durante este siglo, las inversiones extranjeras directas en la región siguen siendo crecientemente españolas, dirigidas hacia el sector de servicios -banca, electricidad, petróleo, telefonía…-. La incapacidad de Hispanoamérica para generar capital privado local ha sido suplida por España y EUA. El enfrentamiento promovido por el Presidente Chávez en la Cumbre Hispanoamericana, más allá de los intereses inmediatos referentes a las elecciones, me luce que apunta al mediano plazo. Se vienen los bicentenarios de la emancipación política hispanoamericana de la metrópoli española. El año de 1810 es el ecuador de tales conmemoraciones, si bien ya desde 1808, con la invasión napoleónica a España, se catalizan las ansias de independencia en las colonias americanas.
El régimen chavista, enclavado en la simbología de la guerra independentista, es el primero capaz de invocar aquellas fechas para buscar una nueva enemistad internacional y más aislacionismo en la América Hispana. Más allá de la bandera política, hay un botín apetitoso: pasar a las manos gubernamentales los activos empresariales españoles abriría nuevas posibilidades para los empleados públicos corruptos y sus socios. Para mantener un régimen de intervención gubernamental creciente, es preciso ir engrosando las recompensas para los acólitos y así entrelazar aún mejor los hilos de complicidad entre una sociedad esclava y un gobierno autoritario.
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