febrero 25, 2008



KANT, LA BROCHA Y EL SOFÁ
Emeterio Gómez

Duele ver a los intelectuales modernos aferrados a Kant. Y decimos modernos en sentido estricto: aquellos que se quedaron en la Modernidad. Los que aún leen a Rawls. Los que con “razón” rechazan a los Posmodernos, porque estos no han podido elaborar ninguna nueva filosofía. Pero, al mismo tiempo, los que no comprenden que el punto de partida de Foucault, Vattimo y Derridá es incontrovertible: el fracaso radical de Descartes, Kant y Hegel, en su titánico esfuerzo por comprender al Hombre y a la Libertad. Un fracaso que ¡¡con toda razón!! le abrió las puertas al nihilismo, el irracionalismo, el existencialismo… y el despelote. Ese tonto creer que “se están perdiendo los valores”, como si se pudiera perder lo que nunca se tuvo. Porque de Kant pa’trás –incluido él– no hicimos más que “agarrarnos de la brocha”, creer que la Virtud o la Justicia podían fundarse en la Razón.

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