Incluir para reconciliar
Leonor Filardo
En los artículos anteriores evalué los países mejor calificados política y económicamente por la Casa de la Libertad y por el Índice de la Libertad Económica 2006. En esta oportunidad vamos evaluar los países peor calificados, observar sus resultados y así tener puntos de comparación respecto a cuál es la combinación óptima para seleccionar lo que puede redundar en beneficio de la población de cualquier país. Seleccioné a Libia, Zimbabwe, Irán y Cuba.
Libia ocupa el puesto 152 en el Índice de la Libertad. Es considerado reprimido económicamente y no libre políticamente. En los últimos diez años su crecimiento económico promedio ha sido de 3,5%, a pesar de sus elevados ingresos petroleros, con una alta tasa de desempleo. Zimbabwe posee un gobierno autoritario y es calificado políticamente no libre. Ocupa el lugar 154 en el Índice de la Libertad y se considera reprimido económicamente. En los últimos seis años, su crecimiento económico ha sido negativo en 6%, su tasa de desempleo es de 70%, su inflación de 227% y su sector externo extremadamente negativo. Irán ocupa el puesto 157 en el Índice de la Libertad. Es considerado un país reprimido económicamente y no libre políticamente. En los últimos 10 años su crecimiento ha sido de 4,7% con una elevada tasa de desempleo, inflación de 17% y balanza de pagos ligeramente positiva. Cuba ocupa el lugar No 150 en el Índice de la Libertad y se considera una dictadura marxista políticamente no libre. Su crecimiento económico es cercano a 2%, su inflación es baja y su desempleo alto. Estos países no poseen derechos políticos ni civiles. En ellos se produce una continua violación de los derechos humanos y existen niveles de pobreza sumamente elevados, a pesar de que algunos perciben elevados ingresos petroleros.
Venezuela se encuera entre las naciones peor calificadas: reprimida económicamente, y desde el punto de vista político parcialmente libre. Ocupamos el lugar 152 en el Índice de la Libertad y políticamente somos una democracia ilimitada con la advertencia por parte de la Casa de la Libertad en su última publicación, de contar con una tendencia hacia un fuerte deterioro. Su crecimiento desde 1999, en promedio, ha sido de 1%, su tasa de desempleo de 15%, con 56% de la masa laboral en la economía informal; inflación promedio de 22% y el sector externo altamente positivo por los ingresos petroleros. Es importante señalar que las cifras oficiales de pobreza y desempleo de este año muestran sorpresivamente una caída abrupta de estos indicadores. Sin embargo, al analizar las cifras del INE, se observan las inconsistencias.
Como se puede apreciar en los tres artículos escritos, para analizar los países política y económicamente no es necesario entrar en discusiones dogmáticas. Un líder de buna fe debe interesarse por esa combinación óptima que redunde en el mayor beneficio de la población. Para quien gobierne con la intención de favorecer al país, su objetivo tiene que ser buscar el beneficio de toda la población venezolana. Lograr esa meta pasa por realizar un debate político de gran altura, sobre el sistema político/económico óptimo que conduzca a una reconciliación y a una inclusión de los venezolanos. Hay que incluir para reconciliar.
cedice@cedice.org.ve
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